Tía y cocinera de los jugadores del Logroñés
Amada García Jiménez, conocida como ‘Tía Amada’ y fallecida ayer a los 95 años, trabajó durante casi cinco décadas en el mítico restaurante de su familia, ‘La Chatilla’, y dio de comer a decenas de jugadores del CD Logroñés que solían acudir ahí. “Éramos todos como una gran familia”, explicaba en 1981. Fue ‘amiga y apoyo’, según la prensa, de generaciones de futbolistas que han pasado a la historia blanquirroja.
Nació en Pradejón en 1923. A los ocho años, entró a servir en el ‘Negresco’ y, desde que cumplió los 20 hasta su jubilación, estuvo al frente de los fogones de ‘La Chatilla’: el bar y restaurante que abrieron sus padres, Moisés (‘El Chato’) y Julia, en la calle El Peso. Durante décadas, los jugadores del CD Logroñés fueron a comer ahí. También los del Maestranza Aérea, su gran rival en los años 40. Ella era muy querida.
En aquella época, contribuyó a hacer muy popular el restaurante por su cocina de estilo casero y, además, alcanzó bastante renombre por las buenas relaciones de amistad que tejió con los futbolistas y famosos de todo tipo, como el actor Arturo Fernández, que pasaban por ahí. En esos años, se convirtió en un personaje irrepetible, que trabajaba a destajo picando pollos, preparando bocadillos, fregando vasos…
Era una gran aficionada al fútbol y seguidora del Logroñés. Ella trataba a los jugadores como hijos y ellos se sentían en ‘La Chatilla’ como en casa. “Todos han sido realmente maravillosos”, resumía en 1981. Estaba soltera, pero sus sobrinas se casaron con leyendas blanquirrojas como Ocio, Villanova o Cameros, y fue madrina de boda de Abilio. Todos le llamaban ‘Tía Amada’, porque, como decía, se sentía “la tía de todos”.
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