El 28 de octubre de 1996, tal día como hoy hace 25 años, el consejo de administración del CD Logroñés destituyó a Miguel Ángel Lotina como entrenador, tras la derrota ante el Athletic (6-0) en la décima jornada de Liga, sin estar en puestos de descenso ni de promoción. “Me llegó al corazón que varios consejeros me dijeran, con el tiempo, que conmigo se equivocaron, que se precipitaron”, me contó allá por junio de 1997.

Ya tuvo la ocasión de dirigir al equipo en la temporada 1995-1996, tras el descenso a Segunda División, pero no lo vio claro y, en cambio, sí que aceptó la oferta la campaña siguiente, en Primera. Paradójicamente, fue cuestionado desde el principio por parte de quienes le contrataron. “Estoy herido desde el primer día que fiché”, reconoció el 28 de septiembre de 1996. Según Tomás Santos, eso era “de auténtica locura”.

“Yo contaba con el apoyo de todo el consejo de administración, pero, cuando estaba negociando”, me dijo en 1997, cuando yo trabajaba en el diario ‘El Correo’ y ya había terminado la temporada, “hubo gente que intentó boicotear mi fichaje. ¿Quién? Un representante que quería colocar a sus entrenadores. Eso hizo dudar a algunos consejeros y, a partir de ahí, hubo un entorno que perjudicó muchísimo al Logroñés”.

No se le dio margen y acabó devorado por el ambiente que rodeaba al consejo de administración. “Me dolió que en septiembre (de 1996) una persona me dijera que me iban a cesar y que el próximo entrenador sería Liber Arispe, como así ocurrió”, me contó. “Me quedé con su nombre, porque no lo había oído nunca”. A su juicio, habría sido mejor fichar “antes” a Carlos Aimar, “sabiendo el entorno que iba a tener yo”.