Si Noly cobra lo que cobra es “porque lo vale”

Si el CD Logroñés tuvo un jugador rentable, ese fue Manuel Alonso ‘Noly’, que jugó 173 partidos en cuatro temporadas. De él se dijo que era el que más cobraba en 1983. Al presidente Joaquín Negueruela le parecía “caro” y montó revuelo. ¿Es verdad que ha costado dos millones de pesetas (12.020,24 euros)?, le preguntaron al entrenador Delfín Álvarez. “No sé”, respondió este, pero si cobra eso, añadió, “es porque lo vale”.

El fichaje de ‘Noly’ lo dejó atado Cesáreo Remón una semana antes de abandonar la presidencia del club el 30 de junio de 1983, junto a los de Casado, Salvador, Echeverría, Rodolfo y Rus. “No me suena ninguno”, dijo Negueruela de forma despectiva sobre todos ellos, que resultaron claves en el ascenso a Segunda División en 1984. Luego, intentó sembrar la idea de que esos jugadores tenían un precio demasiado elevado.

Había runrún en la grada y el 2 de octubre, tras el partido contra el Real Avilés Industrial CF (4-0), un periodista le interrogó a Delfín Álvarez. “No sé si ‘Noly’ ha costado o no dos millones”, contestó el técnico, “pero es un jugador polivalente, que lo mismo puede jugar de marcador, que de lateral, que en el medio campo. Es un buen jugador, que viene de Primera División y que si ha costado ese dinero es porque lo vale”, dijo.

El entrenador añadió: “Los jugadores se cotizan por su calidad y este chico la tiene”. La verdad es que, entre 1983 y 1987, ‘Noly’ demostró su excelencia en el CD Logroñés, donde jugó una media de 43 partidos por temporada y vivió dos ascensos, siendo el autor del gol que le llevó a Primera en 1987. “Aquí he vivido mis mejores años como profesional”, reconoció el 17 de octubre de 1987. Hoy cumple 62 años. ¡Felicidades!

Comentarios

el blogroñés 13 de noviembre de 2021
“Cuando llegué al Logroñés en Segunda B”, me cuenta Noly desde Vigo, “arriesgué mucho. Nadie conocía al Logroñés, pero fue clave Delfín Álvarez; tanto insistió que me convenció. Lo que cobré fue gracias al ascenso, Aquí también arriesgué. El club no quería pagarme esa cantidad y se puso por escrito que si ascendíamos me pagaban; en caso contrario, yo perdía la mitad. Fueron unos años inolvidables”.

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Javier Caballero Wangüemert

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