Mi padre, Alberto Caballero, era socio del Club Deportivo Logroñés y, desde finales de los años 70 a mediados de los 80, me llevó, junto a mi hermano Félix, al viejo campo de Las Gaunas a ver jugar a nuestro equipo. Guardo grandes recuerdos de esa época y, sorpresivamente, en 2012, cuando visité el nuevo estadio en compañía de mi esposa, Eva Fuentevilla, descubrí que el paso del tiempo no había logrado borrarlos.

Aquello me animó a dedicar mi poco rato libre a hablar con infinidad de personas e investigar y documentar la historia del CD Logroñés (1940-2009), al que conocí recién ascendido a Segunda División B y que llegó a jugar ocho temporadas en la élite del fútbol español. Reconozco que me ha llenado de alegría ver cómo algunos ídolos de mi infancia, como Lotina, Paco Sanz o Belaza, son ahora personas cercanas o amigas mías.

Hoy, en recuerdo de mi padre, con el aliento de mi esposa y la ayuda de mi sobrino Rodrigo Luján en la parte técnica, abro este blog para compartir de forma periódica historias e historietas del CD Logroñés, escritas por mí con el testimonio de sus principales protagonistas e ilustradas con multitud de fotografías, junto a un completo fichero con los datos de cuantos formaron parte de él durante estas siete décadas.

Al refrescar la memoria del CD Logroñés, no me mueve la nostalgia, ni la melancolía, sino “un sentimiento que no se puede explicar”, como dice Joaquín Sabina en su himno del Atlético de Madrid. Solo quiero pasar un buen rato y, de paso, tratar de haceros disfrutar a los lectores, interactuar entre nosotros y abrir un diálogo. Quizás, al revivir aquellos domingos de “subir y bajar de las nubes”, consigamos “viajar a la gloria”.