Arguiñano, pelotari y futbolista a partes iguales

Víctor Arguiñano fue “un fenomenal extremo izquierdo”, según el cronista deportivo Eduardo Gómez, que jugó en el CD Logroñés en Segunda División en los años 50, pero que, con anterioridad, destacó como excelente pelotari, siendo campeón de España de pelota mano por parejas en la categoría de aficionados en 1946 representando a Álava. Luego, dirigió al Logroñés en Tercera en la temporada 1964-1965.

Nació en Beasain (Guipúzcoa) el 15 de junio de 1923 y comenzó a jugar al fútbol en su pueblo, a la vez que cultivaba su afición por la pelota espoleado por su padre, el pelotari Florencio Arguiñano. Seleccionado para el Campeonato de España en 1947, “se consideró que había sido profesional en el fútbol y, entre una gran polémica, lo apearon” de la competición, según cuenta Igor Bueno en su libro ‘La pelota en Beasain’.

En el plano futbolístico, jugó en el Deportivo Alavés (1943-1946), Real Unión Club de Irún (1946-1947) y Real Sociedad de Fútbol (1947-1950), antes de venir al Logroñés, tras el ascenso a Segunda. Aquí enseguida “se ganó la admiración de la afición blanquirroja y el afecto general”, según Eduardo Gómez. “Tenía una velocidad impresionante y una gran técnica”. Estuvo un año en el Logroñés (1950-1951) y se fue al Cádiz CF.

Allí le ofrecieron la renovación en 1952 y hasta un empleo en la fábrica de tabacos para que se quedara, pero volvió al equipo riojano porque añoraba su tierra y quería estar cerca de ella. Aquí jugó tres temporadas más (1952-1955). En total, disputó 95 partidos y marcó 33 goles con la camiseta blanquirroja. Acabó su carrera en Beasain, donde falleció el 6 de enero de 2008, a los 84 años. Era tío del cocinero Karlos Arguiñano.

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Javier Caballero Wangüemert

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