"La Rioja fue como un paraíso para mí", afirma Torre

“La Rioja fue como un paraíso para mí”, me cuenta el exjugador del CD Logroñés José Luis Torre, que vino aquí en 1979 como podía haber ido a cualquier otro equipo. No terminaba de entrar en los planes del entrenador del CA Osasuna y aceptó la oferta, porque podía seguir viviendo en Pamplona, aunque pasara de Segunda División a Segunda B. Aquí encontró el lugar idóneo para alternar el fútbol con su trabajo.

“Para mí, La Rioja es como mi segunda casa”, me dice 42 años después, “porque tanto aquí en Logroño como en Arnedo (donde jugó cuatro temporadas, entre 1981 y 1986, cuando subió a Segunda B) y también en Calahorra (en el que estuvo la campaña 1982-1983), me acogisteis maravillosamente bien. De hecho, muchos domingos del año visito La Rioja y aquí tengo buenos amigos, con los que me gusta pasar ratos”.

La temporada 1979-1980 que jugó en el Logroñés la recuerda “con muchísimo cariño”. “Jugué todos los partidos, menos el último por tema de tarjetas, y la afición siempre se volcó conmigo. Estuve muy a gusto, porque sentía el cariño de la gente, y di todo lo que buenamente pude. De hecho, al terminar la temporada, me dieron el trofeo al jugador más regular. La pena es no haber podido continuar por motivos laborales”.

“Pude irme a Mallorca o a algún equipo de Andalucía, pero empecé a trabajar en Mapfre, conocí a la que hoy es mi mujer, sopesé muchas cosas y, al final, me quedé en Pamplona. ¿Podía haber jugado en Primera? Creo que cualidades tenía, pero eso es cuestión de suerte y de que confíen en ti los entrenadores. Nunca me he arrepentido. Estoy feliz con lo que hice y eso es lo importante: ser feliz en la vida”, concluye.

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Javier Caballero Wangüemert

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