Marcos Eguizábal, nuevo presidente del Logroñés
El 3 de junio de 1988, tal día como hoy hace 34 años, el bodeguero Marcos Eguizábal tomó posesión como presidente del CD Logroñés, en sustitución de Joaquín Negueruela, tras ganar las elecciones del 30 de mayo. No era socio y su candidatura fue rocambolesca, porque primero iba a presentarse junto a Fernando Villamor y, a última hora, lo hizo por sorpresa con su rival, Negueruela, pero arrebatándole el primer puesto.
Eguizábal tenía 69 años y, tras dedicarse al negocio de la construcción en Madrid y Almería, se había hecho muy popular por ser el beneficiario de la reprivatización de las bodegas riojanas de Rumasa. En principio, Negueruela había renunciado a la reelección y Villamor, que había sido su mano derecha, buscó el apoyo económico de Eguizábal, con la idea de que este pusiera el dinero y él fuera quien lo usara a su antojo.
Tras hacerse socio el 18 de abril y permitir maniobrar a su hombre de confianza, Mateo Berrueta, Eguizábal dejó tirado a Villamor y anunció el día 25 que no iba a presentarse junto a él “por falta de tiempo”, mientras negociaba en secreto con Negueruela, que reconsideraba su decisión y anunciaba su candidatura. Un día antes de cerrarse el plazo, todo parecía indicar que habría un duelo entre Negueruela y Villamor.
La gran sorpresa saltó el 24 de mayo, cuando se supo que Negueruela pasaba el testigo a Eguizábal, quien se presentaba como cabeza de lista tras relegar a aquel a mero asesor deportivo. El día 30, ganó las elecciones con el 57,78% de los votos, frente al 41,85% de Villamor, y, apenas dos meses después, el 27 de julio, Negueruela dimitía al sentirse utilizado en la maniobra que convirtió a Eguizábal en presidente.
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