El CD Logroñés es como el Cid Campeador, que gana batallas después de muerto. Hace trece años y medio que desapareció, pero la revista de cultura futbolística ‘Panenka’ dedica al club un amplio reportaje en su número 119, correspondiente al mes de junio, con motivo del 35º aniversario del ascenso a Primera División, conseguido en 1987 tras ganar al Valencia CF por 1-0. Pasa el tiempo, pero nadie lo ha olvidado.

El reportaje está escrito por Arnau Segura, ocupa seis páginas y narra “una historia maravillosa”: las nueve temporadas del Logroñés “entre gigantes”. “Fue muy bonito”, comienza diciendo Arseni Comas, mientras que Nacho Martín asegura que “los que lo vivimos lo recordaremos para siempre”. En aquel tiempo, “el Logroñés puso a La Rioja y a Logroño en el mapa”, destacando el fabuloso ambiente entre afición y jugadores.

“Hacíamos vida con la gente. Era algo muy natural”, cuenta Miguel Ángel Lotina. “Ibas a la calle Laurel y compartías unos champiñones o una tortilla de patatas”. “Era un ambiente de pueblo, más familiar”, añade Agustín Abadía. “Era una fiesta. Disfrutaban ellos y disfrutábamos nosotros. Joder, lo pasábamos muy bien”. En resumen, “la ciudad vivía rendida al equipo y el equipo respondía con resultados”, dice la revista.

El reportaje también se hace eco de “la parte triste”, cuando Marcos Eguizábal vendió el equipo y “entraron personas que querían llevarse el máximo dinero posible. Y dejaron el club destrozado”, lamenta Abadía. “Esa gente hizo mucho daño al Logroñés”, insiste Lotina. “Lo hicieron absolutamente todo mal y desencadenaron la futura desaparición de la entidad”. Trece años después, merece la pena leer el ‘Panenka’ 119.