Hoy me ha regalado una camiseta del CD Logroñés uno de sus más emblemáticos jugadores, Adolfo Muñoz, que contribuyó al ascenso del equipo a Primera División en 1987 y, luego, marcó el primer gol en la máxima categoría frente al Athletic Club. No tengo palabras suficientes para agradecérselo. La camiseta es de hace 35 años, de las que utilizó la temporada 1986-1987 (la del ascenso), y está dedicada y firmada. 

Esto es algo que no me esperaba. “Creo que vas a ser el único al que le regale una camiseta”, me ha dicho. “Te la mereces por cómo me has tratado”. Y, tras sacar un rotulador negro del bolsillo, ha escrito en la parte delantera: “Para mi amigo/Javier de/Adolfo” y, a continuación, ha trazado su rúbrica. Es de manga larga, con el escudo del club en el pecho y cuello de pico con solapas. Lleva el número 9 a la espalda.

Adolfo jugó cuatro temporadas (1986-1990) con la camiseta blanquirroja, en las que disputó 90 partidos y marcó quince goles. Aquella fue la época más bonita del Logroñés, con el ascenso a Primera, la permanencia y, luego, la mejor clasificación de su historia, tras lograr el séptimo puesto en la Liga y estar a punto de jugar la Copa de la UEFA. “Lo mejor que me ha pasado en la vida fue venir a jugar a Logroño”.

Nació y ahora reside en Pueblonuevo del Guadiana (Badajoz), pero “es un hombre de casa y así se considera él mismo, estando plenamente identificado con el Logroñés y con esta tierra”, según el informador deportivo Tomás Santos, porque el 9 de febrero de 1990 se casó con la riojana Gemma Gonzalo y suele visitar Logroño con frecuencia. En esta ocasión ha venido aquí con una camiseta de regalo. Gracias, amigo.