María Gil, hija de Ramón Gil, que fuera jugador del CD Logroñés a finales de los años 70, es la fisioterapeuta de la Selección Española Femenina de Fútbol Sub-17 que, tras vencer ayer a la de Colombia por 0-1 en Mumbai (La India), se proclamó campeona del Mundo. No es la primera vez que toca la gloria. “Ya tiene dos Mundiales sub-17 y uno sub-20”, me cuenta su padre desde Beasáin (Guipúzcoa), donde reside.

Fisioterapeuta por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (2011-2015), lleva colaborando con la Federación Española desde 2016 y formó parte de la expedición que ganó el Campeonato del Mundo sub-17 en 2018 en Uruguay, así como de la que logró el Mundial sub-20 este año en Costa Rica. Cuatro años de éxito en el fútbol femenino español que ha podido vivir en persona, estando presente en el lugar de la noticia.

Su padre es natural de Santo Domingo de la Calzada y jugaba en el CD La Calzada cuando, el 7 de agosto de 1977, el entrenador Luis Aloy le vio jugar en el campo de El Rollo frente al Logroñés (2-6) y lo fichó. Sin embargo, aquí no le dio las oportunidades que se merecía y tuvo que esperar al 13 de mayo de 1979 para debutar con la camiseta blanquirroja ante la CD Leonesa (0-0) con Juan Arriarán en el banquillo.

Aparte de María Gil, guipuzcoana de nacimiento, pero que suele pasar algunos días del verano aquí, hay dos riojanas que también son protagonistas del momento dulce que vive el fútbol femenino español. A Ana Tejada, doble campeona del Mundo (en 2018 con la sub-17 y este año con la sub-20), se sumó ayer Sara Ortega: “todo pundonor, una riojana de pura cepa”, en palabras del seleccionador, Kenio Gonzalo.