Hace cuarenta años, el 24 de noviembre de 1982, falleció, a los 57 años, el constructor Luis Palacios, que fuera directivo del CD Logroñés desde 1978 a 1982, con el club en Segunda División B acuciado por las deudas. “Fue uno de los artífices del nuevo rumbo del equipo”, según la prensa, y, aunque su muerte frustró la alternativa que representaba a Cesáreo Remón, marcó el camino que después siguió Joaquín Negueruela.

Nació en Alfaro el 25 de febrero de 1925 y, a juicio del diario ‘La Rioja’, fue “un empresario afortunado, emprendedor, con don de gentes”, que siempre estuvo dispuesto a arrimar el hombro cuando se le necesitaba, “incapaz de encerrarse en su propio éxito”. En momentos difíciles estuvo al frente de la Sociedad Riojana de Caza y Pesca (1977-1979) o fue candidato del CDS por La Rioja en las elecciones generales de 1982.

Entró a formar parte de la directiva del Logroñés en 1978, siendo vicepresidente segundo de asuntos económicos, y adquirió un gran protagonismo a raíz de que el 28 de enero de 1982, junto a Ricardo García ‘Yayo’y otros tres directivos más, solicitara la dimisión de Cesáreo Remón y se ofreciera a hacerse cargo de las riendas del club, con el fin de tratar de sacarlo de la grave situación económica que atravesaba.

Al no renunciar el presidente, Luis Palacios dimitió el 3 de febrero y provocó un terremoto que se llevó por delante a aquel el 30 de junio de 1983. En sus últimos meses de vida, antes de dejar el Logroñés, esbozó las líneas maestras de la gestión que luego contribuyó a llevarlo desde Segunda B a Primera, como el uso de publicidad en las camisetas o la negociación con las cajas de ahorro para saldar la deuda que tenía.