Mañana comienza la Liga y, por eso, es inevitable echar la vista atrás para recordar que, el 29 de agosto de 1987, el CD Logroñés vivió un día histórico con su debut en Primera División en Valencia (2-0). “No hay por qué tener miedo, ni menos complejos”, escribió entonces el periodista José Lumbreras con la vista puesta en la permanencia, que se logró “con toda brillantez”, en palabras del presidente, Joaquín Negueruela.

Un “inexistente derribo en el área de Ángel a Quique Flores”, según el diario ‘Marca’, desniveló el marcador en el estadio Luis Casanova en el minuto 59, al transformar Voro la pena máxima. “De no haber mediado ese penalti”, escribió Toño del Río al dia siguiente en su crónica de ‘La Rioja’, “acaso el equipo de Chuchi Aranguren estaría ahora con algún positivo en su casillero”. Luego, Arroyo amplió la cuenta en el minuto 83.

La alineación del primer partido en Primera estuvo formada por Pérez, Chiri, López Pérez, Martín, Purroy, Abadía, Albis, Sánchez Lorenzo, Adolfo, Ángel y Jorge. Después, el Logroñés pasó muchos apuros, con solo tres victorias en la primera vuelta del campeonato, hasta “sobreponerse a una durísima prueba y salir airoso al final”, a juicio del periodista Carlos Ferrer. “La permanencia fue todavía más importante que el ascenso”.

“Pocos, muy pocos, esperaban tanto de este Logroñés”, en opinión del informador deportivo Tomás Santos, pero, en la temporada de su debut en Primera, consiguió “el más difícil todavía”. “Superando mil y un problemas”, logró “algo que parecía sencillamente inalcanzable: mantenerse en la categoría y hacerlo, además, sin tener ni siquiera la necesidad de jugar la promoción”, siendo el decimotercer clasificado.