Hoy he estado viendo por la televisión la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA entre las selecciones de España e Inglaterra, que se ha disputado en Sidney (Australia) y ha terminado con victoria de las españolas por 1-0, proclamándose campeonas del mundo. Sin duda, mi primer recuerdo ha sido para el exjugador del CD Logroñés ya fallecido Ramón Gil, cuya hija María es fisioterapeuta de la Selección Española.

Ramón Gil fue un futbolista riojano de los años 70 y 80, natural de Santo Domingo de la Calzada, que llegó a jugar un partido con el Logroñés en Segunda División B la temporada 1978-1979. Un defensa lateral con vocación ofensiva (“es donde mejor me encuentro”, según sus propias palabras), que fichó en 1977 con 18 años. “Una promesa”, a juicio del entrenador Luis Aloy. “Tiene buenas cualidades; le falta experiencia”.

Formó parte del filial blanquirrojo que dirigió Ernesto Garrastachu en la Regional Navarra, a la espera de una oportunidad. No fue hasta el final de la temporada siguiente cuando el entrenador Juan Arriarán le dio los últimos 45 minutos del partido disputado frente a la CD Leonesa (0-0) en Las Gaunas el 13 de mayo de 1979. En esas circunstancias no pudo hacerse un hueco en el Logroñés y terminó saliendo del club en 1979.

Después encontró su sitio en el Club Haro Deportivo (1980-1987), donde se reconvirtió en delantero goleador y con el que ascendió a Tercera en 1982. Su hija María es fisioterapeuta de la Federación Española de Fútbol desde mayo de 2016 y ha prestado sus servicios en las selecciones femeninas sub-17, sub-20 y absoluta, que han sido campeonas del mundo en 2018 (sub-17), 2022 (sub-20 y sub-17) y este año (absoluta).