Sorpresa en el mercado de fichajes de invierno. El 28 de diciembre, el Málaga CF (21º clasificado de la Segunda División española) alcanzó un acuerdo con el Club Bolívar (3º de Primera del fútbol boliviano) para el traspaso del extremo derecho Pablo Hervías, hijo de Eloy Hervías, que fuera interior izquierdo del CD Logroñés entre 1977 y 1980. “Le ha surgido esta oportunidad y ha decidido probar suerte”, me cuenta su padre.

El jugador cambia de aires, a pesar de que tenía contrato hasta el 30 de junio de 2023 con el Málaga, y va a reforzar la plantilla del club más grande de Bolivia, que ya ha ganado 29 ligas. Tras ascender a Primera con el Real Valladolid CF, fichó por el equipo malacitano en agosto pasado y ha disputado catorce partidos (trece de Liga y uno de la Copa del Rey), ocupando todas las posiciones de la banda derecha.

Su padre era un centrocampista “todoterreno, que brilló en la travesía del desierto que para el Logroñés fueron aquellos años en que oscilaba entre Tercera y Segunda B”, según le definió el diario ‘La Rioja’ en 2014. “Un motorcito diésel que daba siempre la cara”. “Un jugador de club, habilidoso con las dos piernas, muy completo: uno de esos futbolistas que honran la camiseta que visten” y que los aficionados no olvidan.

El hijo de Eloy se formó en la cantera de la Real Sociedad de Fútbol, fue internacional sub-17 y debutó en Primera con el primer equipo blanquiazul el 19 de abril de 2014 frente al RCD Espanyol de Barcelona (2-1). Luego, jugó también en la máxima categoría con la SD Eibar y el Valladolid. Además, logró el ascenso a Primera con el club vallisoletano en 2018 y, después, en 2022. Hoy, ha llegado al país sudamericano.