El Club Atlético de Madrid ha derrotado hoy al Athletic Club de Bilbao en el Civitas Metropolitano por 1-0, con gol de Griezmann, en un partido de Liga que ha rendido homenaje a los 125 años de historia del club vasco. Con anterioridad, jugadores y entrenadores que militaron en ambos equipos han compartido mesa, entre ellos Javier Irureta, que dirigió al CD Logroñés en la temporada 1988-1989 hasta su destitución.

Viendo la imagen de Irureta a su llegada a la comida en el Restaurante El Gran Escenario, me ha venido a la memoria su fichaje frustrado como jugador del Logroñés en verano de 1980, cuando el club riojano militaba en Segunda División B (10º clasificado) y “se había propuesto la meta de ascender a Segunda”, en palabras del periodista Jorge Sauleda, mientras que, a sus 32 años, él acababa de recibir la baja del Athletic.

El Logroñés buscaba entonces “un centrocampista de campanillas”, según el informador deportivo Tomás Santos; “un hombre curtido y con horas de vuelo para la parcela central”. Como el presidente Cesáreo Remón era muy audaz, cuando fichó al entrenador José Ramón Fuertes y este le pidió “un jugador que tenga presencia y calidad”, pensó inmediatamente en Irureta, una figura del fútbol que no tenía equipo.

El 25 de junio de 1980, directivos blanquirrojos le tantearon y vieron que su fichaje era “casi imposible”, porque estuvieron hablando “de cifras importantes” y “no había dinero”. Tras ser descartado, Irureta se retiró y comenzó su carrera como entrenador en el CD Getxo de infantiles, siendo nombrado seleccionador infantil en la temporada 1981-1982 por el que fuera presidente de la Federación Vizcaína, Ángel María Villar.