Cambio de entrenador: “A ver si suena la flauta”
La UD Logroñés (18º clasificado de Primera Federación y en puestos de descenso a Segunda) está en caída libre y ya lleva tres entrenadores en lo que va de temporada, porque ayer el club anunció que “Natxo González no seguirá como técnico”, tras no haber ganado ninguno de los últimos quince partidos disputados, mientras que el hasta ahora gerente deportivo, “Sergio Rodríguez, asume la dirección del banquillo”.
Esta situación me recuerda a la “lenta y triste agonía”, en palabras del informador deportivo Tomás Santos, que vivió el CD Logroñés en la temporada 1994-1995, con hasta cinco entrenadores (Paunovic, Fabri, José Augusto, Antonio Ruiz y Rubén Galilea), hasta que bajó a Segunda División a falta de seis jornadas. La nave hacía aguas por todos lados y ya no había quien la reflotara, pues estaba más hundida que el Titanic.
“El máximo responsable de la situación de la nave”, escribía Tomás Santos en el diario ‘La Rioja’ el 27 de febrero de 1995, “es el presidente, quien ha querido cruzar el Atlántico en un cascarón de nuez, por más que nos lo haya querido presentar como un buque consistente”. Marcos Eguizábal era entonces el blanco de todas las iras y, tras finalizar aquella temporada, abandonaba la presidencia y comenzaba a soltar amarras.
Atrás se quedaba “un año para olvidar”, según el periodista Chema Glera. De ese tiempo recuerdo que, cuando nombró entrenador a José Augusto (el tercero, como Sergio Rodríguez), Eguizábal aseguró que era “el definitivo”, pero no fue así; luego, contrató a dos más. Su sustituto, Antonio Ruiz, dijo en su presentación: “A ver si suena la flauta” y la verdad es que no sonó. Ojalá que la UD Logroñés tenga suerte y acierte.
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