El capitán del Real Betis y gran ídolo de la afición verdiblanca, Joaquín Sánchez, ha anunciado hoy su retirada del fútbol al término de esta temporada a los 41 años: “Nada es para siempre”. La noticia me ha traído a la memoria la despedida de Miguel Ángel Lotina, el jugador más carismático del CD Logroñés de todos los tiempos, que subió con el equipo desde Segunda División B a Primera y dijo adiós con 31 años.

El grito de “¡Loti! ¡Loti!” fue el más coreado en Las Gaunas en los años 80, hasta que, tras el ascenso, el entrenador Chuchi Aranguren no le dio la oportunidad de jugar en Primera con los blanquirrojos. “Me dijo que intentaría conseguir los servicios de un delantero y que entonces yo tendría que causar baja”, contó al diario ‘La Rioja’ en 1987. La cosa es que no hubo más fichajes, pero él no debutó en la máxima categoría.

“Había jugadores mejores que yo”, dijo al diario deportivo de Galicia ‘DxT Campeón’ en 2021. “Como nos salvamos en la última jornada, el entrenador no me dio minutos. Si lo hubiésemos conseguido antes, podía haber jugado algo. Me fastidió un poco, pero lo importante es que el equipo se mantuvo”. Recuerdo que en 1987 avanzó: “Si no juego este año, me retiraré y empezaré a entrenar, que también me gusta”.

Aquí jugó ocho temporadas y es el máximo goleador de la historia con 105 tantos. “Era listo y marcaba muchos goles, pero mi tope como futbolista estaba en Segunda. Siempre digo que fui muy buen jugador de Segunda B, decente de Segunda y malo de Primera. Me faltaba velocidad. Era coordinado y muy listo, pero las cualidades físicas no me acompañaban”. Los del Logroñés fueron “los mejores años” de su vida.