El Sevilla FC se proclamó ayer campeón de la UEFA Copa League, tras ganar a la AS Roma en la tanda de penaltis (4-1) a la que llegó después de empatar a un gol en una final agónica de 147 minutos de juego disputada en Budapest (Hungría). “Parece que hemos ganado, ¿no?”, dijo en tono de broma el entrenador sevillista, José Luis Mendilíbar, que fuera jugador del CD Logroñés en Segunda División B entre 1982 y 1985.

“Un entrenador sin recorrido en estas alturas”, a juicio del periodista Alfredo Relaño, que cogió en marzo pasado a un Sevilla, a dos puntos del descenso, “que llegó a mirar a la Segunda División”, y al que “en estos dos meses y medio” ha situado en mitad de la tabla y le ha hecho ganar su séptima Liga Europea. “Mucho más que un salvador”, según el diario ‘El País’. “El entrenador milagro”, en palabras del rotativo ‘Marca’.

Los elogios que ahora recibe contrastan con las fuertes críticas que tuvo que soportar cuando era jugador del CD Logroñés. Recuerdo que el informador deportivo Tomás Santos le tenía entre ceja y ceja. “¿Qué se necesita para sentar en el banquillo a jugadores que llevan tres, cuatro, cinco, seis partidos jugando de verdadera pena, como Mendilíbar?”, le llegó a preguntar al entrenador Pedro María Uribarri en febrero de 1983.

“Parecía un alma en pena vagando por el campo”, escribió en el diario ‘La Rioja’ en septiembre de 1982. Luego, vinieron más críticas: “Mal, frío y sin irse al ataque”; “apático, miedoso y sin ilusión”; “apagado, como si no fuese con él el partido”... Ahora eso ya es historia. ¿Cuál es la clave de su éxito?, le preguntaron hace unos días. “La sencillez, me imagino”, respondió. Y es que, como resumió ayer Raúl Ruiz, “la normalidad mola”.