Ayer murió a los 85 años José Luis Álvarez, que fuera preparador físico del CD Logroñés la temporada 1976-1977 en Tercera División y, tras la destitución de Ernesto Garrastachu, entrenador interino por encargo del presidente, José Luis Lázaro Carasa, entre el 28 de diciembre de 1976 y el 2 de enero de 1977, hasta la contratación de Jesús Belaza. En esos momentos, ya gozaba de gran prestigio como entrenador de atletismo.

Según la prensa de la época, era “un gran atleta y un excelente entrenador”. Practicó el atletismo hasta 1968, consiguiendo buenos resultados, como el récord provincial de 4x100 metros o una de las diez mejores marcas en los 10.000 metros. Al mismo tiempo, comenzó a entrenar a algunas jóvenes promesas, como Atilano de la Fuente, para quien era “uno de los talentos no reconocidos que ha tenido La Rioja”.

Tras pasar por las secciones de atletismo del Club Atlético Riojano, del que fue uno de los fundadores; la SR Cantabria y la SD Loyola, entre otras, probó suerte como entrenador de fútbol al frente del Atlético Riojano en Primera Regional en la temporada 1975-1976. De ahí dio el salto al Logroñés, al que había venido Garrastachu con 28 años e ideas nuevas, como la de incorporar un responsable de la preparación física.

“Somos totalmente necesarios”, dijo a su llegada. Luego, dirigió los entrenamientos del equipo durante seis días, hasta que se encontró “una buena solución”, a juicio del informador deportivo Felipe Royo: la de Belaza, “con el respaldo generoso y altruista de Pedro Arnedo”. También fue juez de pelota y, en 2014, el Ayuntamiento reconoció su brillante trayectoria con el Galardón Logroño Deporte. Descanse en paz.