Chuchi Aranguren coge aire a costa del Logroñés

Hace 35 años, el 23 de octubre de 1988, el CD Logroñés sufrió una dura derrota ante el Real Sporting de Gijón (3-0) en el estadio de El Molinón, que le salvó de una posible destitución al entrenador rival, Chuchi Aranguren, que fue “el entrenador del histórico ascenso (de los riojanos) a Primera División y el hombre que logró el no menos importante hito de la permanencia”, en palabras del informador deportivo Tomás Santos.

El Sporting había encajado tres derrotas en las tres últimas jornadas y, en esas circunstancias, Aranguren estaba en la cuerda floja. “Perder cuatro partidos seguidos puede hacer cuestionar la continuidad de cualquiera”, aseguró en los días previos. En cambio, el Logroñés atravesaba un muy buen momento (el 4º clasificado de la Liga frente al 14º) y su entrenador, Javier Irureta, fue a Gijón “con moral de victoria”.

El partido estuvo igualado hasta que se rompió en el minuto 40, a raíz de un discutido penalti por una caída en el área de Villa, sin que llegara a rozarle Pérez. “Se ha tirado”, protestó el portero blanquirrojo al término del encuentro. “No ha sido penalti, porque no le he tocado, pero lo más fácil es pitar a favor del de casa...” A partir de ese momento, el choque se le puso cuesta arriba al Logroñés, que salió derrotado de El Molinón.

Aquel día, Aranguren salvó el puesto a costa de su antiguo equipo y, paradójicamente, cuando volvió a Las Gaunas el 2 de abril de 1989, Irureta ya no estaba en el banquillo. “Su cese fue precipitado y, sobre todo, la forma en que se hizo no fue la correcta”, le dijo a Tomás Santos. ¿No temes que pueda ocurrirte lo mismo?, le preguntó. “En esta profesión puede pasar de todo”, contestó con una sonrisa en la boca.

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Javier Caballero Wangüemert

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