La visita de hoy del Valencia CF a Las Gaunas en partido de Copa del Rey me trae muy buenos recuerdos, porque el CD Logroñés logró el ascenso a Primera División frente al equipo valencianista el 14 de junio de 1987 y, a partir de ese momento, escribió las páginas más bonitas de toda su historia, entre las que merece un capítulo aparte las dedicadas a las celebraciones, como la capea que tuvo lugar en Autol el día 18.

Aún quedaba por disputarse la última jornada de la Liga en Alicante, pero los homenajes populares fueron sucediéndose uno tras otro. El más simpático, el de Autol, con un partido amistoso (0-6), comida campera y la citada capea, con los jugadores más atrevidos delante de los becerros. “Lo pasamos bien”, me cuenta Lotina. “Habíamos comido y bebido bastante, y a mí me dio un par de cabezadas una vaquilla”.

“El entrenador Chuchi Aranguren”, continúa diciendo, “se metió una barra de pan en el pantalón para marcar paquete”, lo que contradice la imagen de seriedad que solía dar el técnico vizcaíno. La diversión estuvo asegurada todo el tiempo y, más de 36 años después, aún se recuerdan los buenos momentos vividos a raíz del ascenso logrado ante el Valencia: el primer rival del Logroñés en Primera el 29 de agosto.

Luego, el equipo valencianista fue el que le dejó sin jugar la Copa de la UEFA, tras una gran temporada 1989-1990. Los blanquirrojos tenían que ganarle a domicilio en la última jornada y no lo hicieron (4-0) y, además, perder la Real Sociedad en Sevilla y tampoco (0-1), pero, como dijo José Luis Romero, “haber logrado el séptimo puesto (de la Liga) es un sueño y quedará como la mejor campaña del Logroñés en su historia”.