Las camisetas del Logroñés, con publicidad de Gispert
Hace 36 años, el 13 de diciembre de 1987, el CD Logroñés perdió frente al Real Sporting de Gijón por 1-0 en el estadio El Molinón y seguía en la cola de la clasificación tras su debut en Primera División. Los jugadores vistieron camiseta blanca y pantalón negro por coincidencia de colores con los de su rival, con publicidad de la empresa Gispert. Cada vez que veo ese nombre, me asalta el recuerdo del empresario Eduardo Solar.
Eduardo Solar comenzó a trabajar de vendedor en el sector de la informática en 1974 y, a raíz del desmantelamiento de la empresa de Bilbao de la que era director comercial, vino a Logroño en 1982 para crear Gispert, dedicada a la venta de ordenadores e impresoras. “Fue toda una aventura”, contó en 2012. La semilla que sembró es hoy una empresa de referencia en el sector tecnológico de La Rioja: Emesa.
Allá por 1987, tras fracasar el bodeguero Marcos Eguizábal en su intento de patrocinar al Logroñés a raíz del ascenso a Primera, porque la Federación Española de Fútbol prohibió “anunciar bebidas alcohólicas o tabacos”, Eduardo Solar jugó bien sus cartas. El 15 de octubre de 1987 se convirtió en el primer patrocinador del equipo en la máxima categoría por importe de doce millones de pesetas (72.121,45 euros).
Eduardo Solar fue un “empresario con cabeza y corazón”, en palabras del periodista Jorge Alacid, “capaz de levantar un gigante (un gigante en la escala riojana) desde casi la nada”, y el patrón de “la primera gran empresa que se animó a patrocinar al Logroñés”. Falleció el 21 de marzo de 2020, a los 76 años, víctima del coronavirus, pero aquí dejó huella indeleble como pionero en tecnología y patrocinio deportivo.
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