Recordando a Luis Collado, más que un directivo

Cada 5 de enero recuerdo con cariño a Luis Collado, directivo del CD Logroñés en épocas difíciles (1969-1974), porque durante casi cuarenta años, hasta 2004, representó “con especial ilusión y entrega”, según Eduardo Gómez, el personaje del Rey Baltasar en la cabalgata. Y me viene a la memoria la fotografía que le hizo Rafael Lafuente, en la que  atrapa el alma de un logroñés de pura cepa e industrial de gran fama.

Nació en Logroño el 29 de junio de 1932. Su padre, del mismo nombre, fue un emprendedor hecho a sí mismo, que, a los 15 años, quedó huérfano y tuvo que ponerse a trabajar de pastor. Luego, en Pradejón, entró de aprendiz de cerrador de botes y, tras la Guerra Civil, estuvo de ambulante por las provincias de Álava y Navarra, hasta que abrió un taller en Logroño de hojalatería y fontanería, que tuvo mucho prestigio.

Tal éxito adquirió que el padre, junto a sus hijos Ángel y Luis, decidió ampliar el negocio al de fabricación de conservas de elaboración propia, surgiendo la prestigiosa marca Conservas Collado Hermanos en el polígono de La Portalada en los años 60. Luis hijo hizo crecer la industria, abriendo brecha en el exterior (Estados Unidos, Holanda, Japón…) gracias a su afán de trabajo, espíritu inquieto y don de gentes.

Luis Collado tenía carisma y personalidad. “Estuvo siempre ligado a distintos estamentos de Logroño (Cofradía del Pez. Club Rotary…), por lo que su popularidad era notoria”, recordó Eduardo Gómez a su muerte el 17 de enero de 2011, a los 78 años. Además, fue un gran entusiasta del Logroñés y echó una mano en todo lo que pudo, siendo presidente Cesáreo Remón, hasta de gestor, evitando su desaparición en 1974.

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Javier Caballero Wangüemert

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