Uno de los mejores recuerdos que me dejó el CD Logroñés en mi infancia fue el partido disputado en el campo de Las Gaunas frente al Real Madrid CF (2-3) el miércoles 27 de febrero de 1980, con motivo de los octavos de final de la Copa del Rey. Aquello fue inolvidable y supuso un subidón de adrenalina, hasta el punto de que el domingo siguiente, 2 de marzo, goleó al colista de Segunda División B, el CD Guecho, por 6-0.

Me acuerdo de que, antes del inicio del partido ante el Guecho, Muñoz recibió en su condición de capitán blanquirrojo un trofeo de la cadena de almacenes Simago por la “magnífica actuación”, en palabras del informador deportivo Tomás Santos, que el equipo había tenido frente al Real Madrid. Luego, el Logroñés “se mostró codicioso y acertado en los remates”, según la crónica que publicó ‘La Gaceta del Norte’ el día 4.

El Logroñés marcó tres goles en cuatro minutos, en las botas de Muñoz, Melero (cubriendo la baja de Sanz por acumulación de tarjetas) y Pita, y dejó sentenciado el partido para el minuto 9. Aun así, los blanquirrojos no dejaron de disponer de ocasiones claras, consiguiendo tres tantos más (dos de Muñoz y otro, en propia puerta en el minuto 89), que, a juicio de Tomás Santos, “muy bien pudieron llegar a ser incluso el doble”.

Han pasado 44 años de ese partido y lo recuerdo como si fuera ayer, viéndolo con mi padre y mi hermano Félix junto al foso de vestuarios, detrás del banquillo local, ocupado por el entrenador Juan Arriarán y los jugadores suplentes del Logroñés. Entonces estudiaba en el colegio de Jesuitas y, durante el curso 1979-1980, tuve la suerte de tener a Pita de profesor en prácticas mientras era estudiante de Magisterio en Logroño.