Muñoz, con una vértebra de más y el máximo goleador

Luis Mari Muñoz fue un futbolista mirandés de los años 70 y 80, que jugó en el CD Logroñés cinco temporadas entre 1976 y 1981, contribuyendo al ascenso a Segunda División B en 1978. Era un delantero goleador que rendía muy bien, a pesar de que solía ​​sufrir lumbalgias. Se pensaba que por que tenía una vértebra de más, cuando en realidad era principio de espondilitis anquilosante, que le obligó a dejar el fútbol en 1984.

“Me encuentro bien”,  me cuenta desde Miranda de Ebro, donde tiene a bien haber comenzado y terminado su carrera, que tuvo su cumbre en 1979 como máximo goleador del grupo I de Segunda B, con 21 goles. “La enfermedad no ha avanzado más. Quizás por ser deportista no haya sido tan agresiva. Hago vida normal y paso reconocimiento cada nueve meses. Así que llevo cuarenta años pasando consulta en Burgos”.

El 12 de abril de 1979, tras ser sometido a pruebas radiológicas, el doctor Eduardo Martínez Íñiguez le informó de que tenía “seis vértebras lumbares, en vez de cinco”, y, por ello, en su opinión, a veces sufría molestias que le impedían entrenar con normalidad. “Tiene tendencia a sufrir lumbago”, dijo entonces el médico, “pero no se ve pinzamiento, ni lesión”, por lo que le recomendó un tratamiento de inyecciones.

Los dolores persistían y, “al cabo del tiempo, me sacaron que padecía una enfermedad reumática, que suele darse a partir de los veintitantos años y que se llama espondilitis anquilosante”, añade. “Eso hizo que dejara de jugar”. Aquí, en Logroño, aún se le recuerda como un extremo “batallador, con garra e inteligente”, según el informador deportivo Tomás Santos. “Un profesional de los pies a la cabeza”.

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Javier Caballero Wangüemert

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