El entrenador David Vidal fue fichado por Marcos Eguizábal en 1990 para potenciar la cantera del CD Logroñés, tal y como había hecho en el Cádiz CF (1985-1990), donde llegó a catapultar al primer equipo hasta catorce jugadores: Kiko, Mami Quevedo, Arteaga… Aquí también hizo una buena labor, consiguiendo que Quique Romero pasara en sólo dos años del Logroñés B al Valencia CF y, después, fuera internacional.

A sus 20 años, el defensa del Atlético Sanluqueño CF vino aquí en 1991 a hacer una prueba y se quedó. El entrenador contó con él para la concentración del Logroñés en Praga (Checoslovaquia) del 26 de julio al 9 de agosto y, aunque jugaba con el filial, en Segunda División B, a las órdenes de Miguel Ángel Lotina, le hizo entrenar con el primer equipo desde el principio. “Le veo con una gran proyección”, dijo entonces.

El 29 de septiembre de 1991, debutó con el filial en Las Gaunas frente al CD Lalín y, tras varios amagos que se quedaron en agua de borrajas, el 6 de junio de 1992, disputó sus primeros minutos con el Logroñés en Primera en Valencia. La temporada 1993-1994, cuando tenía 22 años, explotó como lateral izquierdo. Chema Glera llegó a escribir en el diario 'La Rioja' que hasta Johan Cruyff se fijó en él para el FC Barcelona.

El 3 de mayo de 1994, a falta de dos jornadas de Liga, fue presentado como nuevo jugador del Valencia, tras cerrar Eguizábal su fichaje con Paco Roig por importe de 80 millones de pesetas (480.800 euros). Luego, debutó con la Selección Española y jugó el Mundial de Corea y Japón en 2002. “Y a usted, ¿se le ha valorado eso?”, le preguntaron a David Vidal en 2015. Y el entrenador respondió: “Nada, nada en absoluto”.