Hoy se va a oficiar el funeral por el comerciante y expolítico Alejandro Fernández de la Pradilla, fallecido el pasado viernes a los 83 años, y, con este motivo, quiero traer a la memoria a su tío Jesús Fernández de la Pradilla: presidente del CD Logroñés entre 1958 y 1961, cuando el club estaba encerrado en Tercera División, en una situación económica caótica, con una deuda de 828.046 pesetas, y a punto de desaparecer.  

El tío del finado era un “un aficionado excepcional y muy capacitado”, en palabras del anterior presidente, Mariano Fernández Torija, y aceptó el cargo “por cariño al club” el 3 de junio de 1958. Bajo su mandato, el equipo logró disputar la liguilla de ascenso a Segunda en la temporada 1958-1959 y, en enero de 1960, fichó al entrenador Román Galarraga, que más tarde dio días de gloria al Logroñés y consiguió subirlo en 1969.

Al margen de los resultados deportivos, la deuda cercana al millón de pesetas ahogó entonces al club, “en trance de desaparición”, según la prensa de la época. En una asamblea celebrada el 26 de febrero de 1961, el expresidente Víctor Romanos preguntó si la directiva podía dar solución inmediata al problema y la respuesta no se hizo esperar, echándose su máximo dirigente a un lado para dar paso a una gestora.

Su sobrino Alejandro se dedicó a la política como director general de Juventud (1989-1993), luego de Urbanismo y Vivienda (1993-1994) y, por último, como consejero de Obras Públicas y Urbanismo (1994-1995), siendo candidato a la alcaldía de Logroño por el Partido Riojano en 1995, prometiendo la remodelación de la tribuna central del viejo Las Gaunas y rechazando llevar el campo “a otro lugar”. Descanse en paz.