Un Padrenuestro antes de cada partido hasta 1989

Hoy, Viernes Santo, es el día en el que los cristianos celebramos la Pasión y Muerte de Jesucristo en la cruz y me vuelve al recuerdo la costumbre que, con algún paréntesis, tenían los jugadores del CD Logroñés de rezar un Padrenuestro en el vestuario antes del comienzo de cada partido hasta el año 1989, con Javier Irureta de entrenador blanquirrojo, como hoy en día aún siguen haciendo los del Athletic Club de Bilbao.

Irureta es “un hombre de fe humilde”, según sus propias palabras. “Es la que me enseñaron mis padres desde niño. Para mí, Dios es importante en mi profesión y en mi vida. La fe es un apoyo permanente”. También es hombre de palabra, porque cumplió su promesa de hacer el Camino de Santiago cuando el RC Deportivo de La Coruña ganó la Liga en 2000 y al eliminar al AC Milan de la Liga de Campeones de la UEFA en 2004.

En tiempos remotos era una tradición que cada año el Logroñés empezara la pretemporada en julio con una ofrenda floral a la Virgen de la Esperanza, patrona de Logroño. Además, el club tenía su propio capellán (algunos de ellos tan recordados como don Andrés Calvo, don Carmelo Martínez, don Eugenio Lavilla o el que casó a Paco Sanz en 1983: don Ángel Navas), que ofrecía auxilio espiritual a los jugadores.

La plantilla también subió en bicicleta al monasterio de Valvanera (1.026 metros de altitud) para dar gracias a la Virgen, patrona de La Rioja, por la permanencia en Primera División en 1988. Y, hace años, Abuelo Cruz contó que, siendo un crío, todos los días al volver a casa del colegio “hacía una pausa en la Iglesia San Antonio” de Monterrey (México) “para pedirle a Dios que me concediera ser futbolista profesional”.

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Javier Caballero Wangüemert

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