Ha caído en mis manos un libro del periodista Orfeo Suárez, titulado 'Palabra de entrenador', en el que Miguel Ángel Lotina reflexiona acerca de su carrera en los banquillos y define a David Vidal como “un técnico muy bueno”, pero añade que “el personaje acabó por devorar a la persona”, hasta el punto de que cree que “era un entrenador de una sola temporada”, pues “más se hacía complicada la convivencia”.

Ambos coincidieron en el CD Logroñés como jugadores en 1979 en Segunda División B a las órdenes de Juan Arriarán, mientras uno iba camino de convertirse en uno de los grandes ídolos de la afición y el otro deambulaba por Tercera de un equipo a otro sin rumbo fijo. Luego, se volvieron a encontrar en 1990 en Primera, cuando Marcos Eguizábal echó a José Luis Romero para situar al gallego como nuevo entrenador.

Lotina cuenta en el libro '¡Goool en Las Gaunas!', de Javier Triana, que recibió una llamada de aquel pidiéndole mediar ante el presidente: "Me han dicho que el que manda en el Logroñés eres tú. ¡Méteme, Loti! Porque tú irás de ayudante mío". La versión del otro es distinta: "Me ficha Eguizábal. Y lo primero que hago es intentar meter a Lotina. Que Eguizábal no lo quería. Le dije que, si no le fichaba, me iba para Cádiz" .

“Tácticamente era solvente”, señala Lotina en 'Palabra de entrenador', pero “su forma de decir las cosas, su carácter, desgastaba mucho a quienes tenía alrededor”. Años después, David Vidal se ofreció al RC Deportivo de La Coruña en 2007, “pero pasó de mí” y, encima, “va el equipo de toda mi vida y firma a Lotina, mi asistente. A él le dan una oportunidad y a mí no”. Eso es algo que no ha olvidado a sus 74 años.