Irureta es destituido en los vestuarios del Calderón
El 29 de enero de 1989, tras el partido contra el Atlético de Madrid (2-0), Javier Irureta fue despedido como entrenador del CD Logroñés en los vestuarios del Vicente Calderón. Fue una destitución ‘con premeditación y alevosía, sin estilo y de malas formas’, según la prensa. Nuestro equipo acababa de empezar la segunda vuelta de la Liga con 19 puntos y un positivo, en el puesto 13º. La terminaría uno más abajo.
“Yo le di la carta de despido”, me cuenta Mateo Berrueta, que fuera todopoderoso vicepresidente con Marcos Eguizábal en una etapa breve, pero intensa (1988-89). “Irureta me dijo: ‘Tú no tienes ni puta idea de fútbol’. Y yo le respondí: ‘Mira, tenga o no tenga idea de fútbol, nunca olvides que yo te hice entrenador de Primera División’. A raíz de aquello, dejamos de hablarnos”. Berrueta jugó en su día en el Riojalteño.
La verdad es que Irureta había sido fichado como entrenador el 23 de mayo de 1988, al término de la primera temporada en Primera y siendo presidente Joaquín Negueruela; es decir, antes de las elecciones que ganó Eguizábal. Este le mantuvo en el banquillo, pero enseguida surgieron los problemas con su vicepresidente y el gerente, Manolo Gradín, por no consultarle los fichajes de Abuelo Cruz y Alzamendi.
“Recuerdo que Irureta se puso celoso porque recibimos a Abuelo Cruz en Santo Domingo de la Calzada a bombo y platillo”, apunta Berrueta. “Le dimos todo lo que nos pidió. Hasta trajimos a Sarabia y Herrero, que estaba trabajando en una fábrica. Le despachamos porque vivía en Bilbao y, además, porque se le cruzó al ‘viejo’. Le torció el morro cuando le dio vino para vender y entonces Eguizábal me dijo: “Este, fuera”’.
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