El 18 de junio de 1989, Nano Ramos hizo debutar en Primera División a Iñaki, que solo tenía 17 años, y a Moreno, de 23, ante el Athletic (3-0) en el campo de San Mamés. Era el penúltimo partido de Liga y, a falta de dos jornadas para el final, el CD Logroñés necesitaba un punto para evitar la promoción y asegurarse la permanencia. No le hizo falta, pues, pese a perder, el Espanyol no pasó del empate contra el Zaragoza (2-2).

“Yo era juvenil”, me cuenta Iñaki, “y estaba haciendo una muy buena temporada. Irureta había sido destituido y cogió el primer equipo Nano Ramos, junto a Lotina. Me convocaron para Anoeta, luego contra el Oviedo y, al final, me hicieron debutar con 17 años en un campo como San Mamés. ¡Imagínate! Fue un sueño cumplido. Sentí una alegría increíble. Pasé de coleccionar sus cromos a jugar con esos jugadores”.

Iñaki entró por Adolfo en el minuto 19 de la segunda parte y ‘tuvo su ocasión de marcar de cabeza y se precipitó, aunque dejó buena nota de sus cualidades’, según la prensa. “Le vi por primera vez cuando jugó contra el Real Madrid, siendo infantil”, me apunta Lotina desde Kawasaki (Japón), “y entonces le entrenaba en el equipo juvenil. Hacía mucho que no salía un jugador con ese nivel en el fútbol base del Logroñés”.

Por su parte, Moreno sustituyó a Abadía a falta de trece minutos para el final y ‘tampoco lo hizo mal’. “Yo, de pequeño, era del Athletic”, me dice Moreno, “y debutar contra ese equipo y hacerlo en San Mamés fue inolvidable. Luego, en la última jornada de Liga, jugué de titular ante el Sevilla (0-0) en Las Gaunas y rematé un balón muy escorado que salió rozando el larguero. Si marco ese día, hubiera sido la leche”, concluye.