El 6 de septiembre de 1987, el CD Logroñés jugó su primer partido en Primera División en Las Gaunas ante el Athletic de Bilbao (1-1) y, en el minuto 2, Adolfo marcó el primer gol de nuestro equipo en la máxima categoría. “Lo recuerdo como si fuera ayer”, me cuenta desde Pueblonuevo del Guadiana (Badajoz). “Nada más empezar, recibí un pase interior y crucé el balón, con más colocación que potencia”.

“La alegría fue inmensa”, sigue. “La pena fue que, al rato, rematé de volea un centro por la izquierda y le di al palo. Podría haber dejado sentenciado el partido y me hubiera llevado una alegría doble”. La camiseta con la que jugó la guardó durante años, hasta que, en 2013, se la cedió al Museo Extremeño del Deporte, que organiza exposiciones itinerantes, “para que la vea todo el mundo y conozcan su historia”. 

“Yo le hice la asistencia del gol“, me dice Albis desde Rincón de la Victoria (Málaga). “El Athletic jugaba con la defensa muy adelantada y Aranguren nos dijo que intentáramos sorprenderles. Cogí un rechace en el centro del campo, metí un pase entre líneas y Adolfo definió la jugada como los ángeles. Fue un buen golpe debutar en Primera con un empate en casa, porque no sabíamos cómo íbamos a responder”.

“La primera vuelta fue bastante desastrosa”, recuerda. “Pagamos la novatada y la afición tuvo una paciencia enorme. Luego, conseguimos un buen bloque y la segunda vuelta fue increíble”. En aquel partido de Las Gaunas debutaron Nadal y Gelucho, quien salió en el minuto 69 en sustitución de Adolfo, resentido de “una contusión en el cuádriceps derecho que me impidió jugar ante el Atlético de Madrid”, me apunta.