Vidal es expulsado y le reemplaza un delantero: Villar
El 20 de enero de 1980, el CD Logroñés se enfrentó al Tenerife (0-0) en Las Gaunas en la 19ª jornada de Liga. El árbitro Gómez Ramírez (andaluz) fue el protagonista. Mostró siete tarjetas amarillas y tres rojas, expulsando a Arriarán en el minuto 76 por protestar (“¡árbitro, ya está bien”, le había dicho) y, momentos después, a David Vidal y a un rival por enzarzarse. Fue despedido con abucheos y lanzamiento de piedras.
Vidal jugaba de defensa central y ese fue su último partido. “Él tenía casi 30 años”, me cuenta el entonces delantero Constan Villar, “y yo era un chavalín que acababa de cumplir 22, pero me gané el puesto y le senté en el banquillo”. Y es que, en la jornada siguiente, al inicio de la segunda vuelta, Arriarán le probó en Huesca (1-3) y este se reveló como ‘un excelente hombre defensivo’, según la prensa. ‘Tranquilo y seguro’.
¿Cómo era Vidal? “Era contundente e iba bien de cabeza”, me apunta Lotina desde Kawasaki (Japón). “Tenía golpeo largo (en aquella época, los defensas no la jugaban en corto) y era agresivo en los cruces. Llegó un domingo de agosto que teníamos un amistoso en Haro y le ficharon esa misma semana”. En total, disputó 18 partidos de Liga en 19 jornadas y los seis de la Copa del Rey, hasta que fue relegado al banquillo.
Villar jugó el resto y pudo quitarse el mal sabor que le había dejado Lázaro cuando, tras apalabrar su incorporación en 1977, le ofreció, en el último momento, fichar por el filial, “como a Javi Alcalá”. “Mi padre había bajado de Cordovín conmigo”, relata, “y, aunque era agricultor, se levantó de la mesa y me dijo: ‘Hijo, vámonos. Tú tienes categoría para jugar en el primer equipo’. Al día siguiente, rectificaron y firmé”.
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