Remón tala Las Gaunas sin permiso y en un día
El 30 de julio de 1971, el CD Logroñés inició las obras de ampliación de los graderíos de la tribuna de general de Las Gaunas, que provocaron la apertura de hasta cinco expedientes sancionadores contra Cesáreo Remón por ordenar talar sin permiso los árboles que había. “Casi lo meten en la cárcel”, me cuenta divertido su hijo, César Remón. “Si lo hubiera hecho hoy, los ecologistas habrían puesto el grito en el cielo”.
No habían pasado ni 24 horas y el club planteó suprimir el arbolado. Por ello, el 3 de agosto, el concejal de Deportes, Pedro Roldán, visitó Las Gaunas junto al arquitecto José Luis Tenorio y dijo que veía con buenos ojos la propuesta, “pero para ello es necesario”, recalcó, “que el Logroñés realice el oportuno proyecto de ampliación y de obra para que el Ayuntamiento los apruebe o, en caso contrario, los rechace”.
Sin esperar a ello, Remón dio la orden a Ismael Regueiro y, el 10 de agosto, ‘los árboles de la general cayeron todos en un solo día’, según la prensa. “Juan Remón (hermano de Cesáreo) y yo, que tenía las llaves, fuimos a Las Gaunas a las siete de la mañana a abrirles la puerta para que pudieran cortar los árboles”, me comenta Félix Berger, quien, a sus 93 años, es el único superviviente de la directiva promotora de las obras.
“No pedimos permiso a nadie”, reconoce, “y, para cuando vinieron los guardias con el alcalde, ya habían tirado casi todos”. “Cesáreo Remón lo hizo sin permiso”, me insiste Yayo, que, luego, fue directivo suyo, “y también quería haber tirado la tribuna central para hacer otra en consonancia con lo demás, de más altura y mucho más grande. Lo tenía todo previsto para meter la máquina y tumbarla, pero le frenaron”.
Comentarios
Publicar un comentario