Bodegas Olarra no pudo patrocinar las camisetas
La agencia inmobiliaria Itesa Rioja fue el primer patrocinador de las camisetas del CD Logroñés a principios de los años 80, siendo presidente Cesáreo Remón, y pagó por ello más de dos millones de pesetas (12.020,24 euros). El 3 de octubre de 1982, nuestro equipo estrenó la publicidad ante el Tenerife (4-0). No fue hasta la quinta jornada liguera, porque surgió un pequeño contratiempo, que impediría hacerlo antes.
“Cesáreo había llegado a un acuerdo con las Bodegas Olarra, de las que yo era gerente”, me cuenta Manolo Rojas, que fuera también vicepresidente del club en 1982. “Estaba todo cerrado, pero la Federación Española de Fútbol prohibió la publicidad de bebidas alcohólicas en las camisetas. Entonces negociamos con el responsable de Itesa, José Antonio Fernández de Bobadilla, y no tuvimos problemas“.
Más adelante, el 24 de julio de 1984, tras una temporada sin espónsor, el club dio un paso decisivo para saldar la deuda contraída con la Caja Provincial de Ahorros de La Rioja, que ascendía a 17.669.401 pesetas (106.195,23 euros), al alcanzar Joaquín Negueruela un acuerdo por tres años con la entidad financiera a cambio de publicidad. Desde el 4 de agosto, los jugadores llevaron el logotipo de Caja Rioja en sus camisetas.
Las de los porteros debieron cambiarlas, porque, inicialmente, eran de color amarillo y a Delfín Álvarez le daban mal fario. “Era muy supersticioso y el amarillo no lo podía ni ver”, me asegura Paco Sanz. “Creía en las meigas y nos curaba los esguinces con hierbas que traía desde Galicia. A su mujer, Paquita, le mandaba poner sal en el quicio de las puertas mientras jugábamos, porque decía que eso nos daba buena suerte”.
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