El fútbol se despide de un coloso llamado Irízar
Familiares, amigos y el mundo del fútbol han despedido hoy a Jesús Irízar, fallecido el pasado miércoles a los 72 años y leyenda del CD Logroñés que consiguió el ascenso a Segunda División B en 1978, tras lo cual se retiró y entrenó al Valvanera, Rapid de Murillo, La Calzada y Yagüe. Siempre será recordado como un coloso, pues no solo sobresalía por sus cualidades físicas y técnicas, sino también por su gran calidad humana.
Natural de Vergara (Guipúzcoa), era un buen medio de ataque y vino de la mano de Cesáreo Remón a los 25 años, procedente del Betis, con el que había jugado 37 partidos en Primera. El 20 de septiembre de 1972, se vistió de blanquirrojo por primera vez ante la Real Sociedad (3-1) en el IV Trofeo de la Vendimia Riojana. Su puesto estaba en la línea media, ‘en el difícil lugar de mover al equipo hacia adelante’, según la prensa.
Aquí disputó 191 partidos y logró 22 goles en siete temporadas (1972-1979), en las que fue un jugador básico hasta su último partido el 8 de noviembre de 1978. Su primer gol fue en Sabadell (0-2) el 7 de enero de 1973; un gol “de artesanía, de gran habilidad”, en opinión de León Lasa. El 13 de mayo de 1979, recibió la insignia de oro. Inolvidable el saque de honor que hizo su hija Aintzane, de 8 años. Su hijo Jon solo tenía 4 meses.
Su última ilusión era llevar a su nieto Jon hace tres meses a ver el partido entre la UD Logroñés y la Gimnástica de Torrelavega, y pudo cumplir su sueño. “Hace mil años que no voy al fútbol”, nos contaba, “y, como jugué en los dos equipos, quiero ir”. Era muy querido y quienes formamos parte de la familia del CD Logroñés lloramos su pérdida. Nuestro más sentido pésame a su viuda, Ana Iñarra, y sus dos hijos. Descanse en paz.
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