Belaza se retira dando una vuelta olímpica
El 11 de junio de 1977, Belaza recibió un merecido homenaje tras trece temporadas en el CD Logroñés; una de las cuales estuvo cedido en el Atlético de Ceuta, mientras hacía el servicio militar. Se despidió de la afición ante la Real Sociedad (2-3) en un partido que dirigió el árbitro más polémico: Guruceta. Le hicieron pasillo de honor, fue agasajado por las peñas y jugó unos minutos, hasta que fue sustituido por Olalde.
Se retiró como los grandes, dando una vuelta olímpica entre fuertes aplausos. “Fue apoteósico”, me cuenta. Se vistió de corto, aunque, a raíz del cese de Garrastachu, a principios de año, se había visto forzado a ejercer de entrenador y no quiso cobrar por ello. ‘Todavía existen quijotes que, por encima del dinero y del interés personal, anteponen el bien de los demás y el amor a unos colores’, escribió Tomás Santos.
Formado en la cantera del Berceo, fichó por su eterno rival, el Logroñés, a los 19 años, con la temporada 1964-1965 muy avanzada. “No quería hacerlo”, reconoce. “No por nada, sino porque entonces estaba trabajando en Carrocerías Maiso. Siempre ha habido cierto pique entre ambos clubes, pero el Berceo es el que más jugadores le ha dado”, como es el caso de Arnedillo, Viguera, Nacho Martín o Llona, entre otros.
“A mí me dijo Luis Santos ‘El Orejas’ que fuera a Las Gaunas y preguntara por Higinio Ortúzar para probar”, recuerda, “y eso es lo que hice”. El 4 de abril de 1965, a falta de tres jornadas para el final de la Liga, debutó en San Sebastián (2-2). “Cuida al chaval”, solía decirle ‘El Orejas’ a Fausti por aquel tiempo. Y ese chaval, que hoy tiene 73 años, marcó luego toda una época en nuestro equipo y fue el gran capitán.
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