Eloy deja el fútbol a los 23 años por el arbitraje
El 13 de agosto de 1981, el diario ‘La Rioja’ dio la noticia de que Eloy Hervías, que había jugado de interior izquierdo en el CD Logroñés tres temporadas (1977-1980), dejaba el fútbol a sus 23 años para dedicarse al arbitraje. “Era socio de Cantabria y ese verano estuve arbitrando algunos partidos en el torneo social”, me cuenta. “Me picó el gusanillo y así he estado 30 y tantos años, algo que no puede decir cualquiera”.
Como jugador se formó en la cantera del Balsamaiso y pasó por el Promesas, hasta que debutó en el Logroñés el 18 de septiembre de 1977 y contribuyó al ascenso a Segunda División B. Aquí jugó 39 partidos y marcó ocho goles. “El último año, Arriarán no contó conmigo”, me dice. “Me dieron la baja y me fui al Calahorra, pero ahí no se cumplieron las expectativas y pensé que quizás el fútbol se había terminado para mí”.
“Estando en el Calahorra”, me apunta, “entrenaba con nosotros el árbitro Marín López y tuve una buena relación con él. Eso pudo influir en mi decisión”. Tras dejar el fútbol, empezó arbitrando partidos de juveniles y pasó por todas las categorías hasta llegar a Segunda División B, siendo juez de línea o árbitro asistente del colegiado riojano en encuentros de Primera jugados en campos como el Santiago Bernabéu o el Nou Camp.
“Me sentía muy bien arbitrando”, asegura, “y volvería a hacerlo, porque me gustaba y era una forma de seguir haciendo deporte. De hecho, todavía arbitro a benjamines y alevines los sábados en Pradoviejo”. Profesor del colegio de las Agustinas desde hace 35 años, también mantiene viva la llama del fútbol a través de su hijo, Pablo Hervías, quien, a sus 26 años, actualmente juega en el Valladolid, en Primera División.
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