El Logroñés intenta remontar un 4-0 en el Camp Nou
El 12 de noviembre de 1989, el CD Logroñés intentó remontar en media hora cuatro goles en contra ante el Barcelona (4-2) en el Camp Nou. Tras acortar distancias por medio de Alzamendi y Vílchez, Nacho Martín falló un penalti que, de haberlo marcado, hubiera aumentado la presión sobre el rival en los últimos minutos. “Jugamos de maravilla ante el Barça”, me cuenta Pedro; “de tú a tú con el equipazo que tenía”.
“Sufrimos mucho al principio”, me comenta Vílchez desde Almendralejo (Badajoz), “y, además, tuvimos que hacer un cambio muy pronto por lesión de Elguezábal, sustituido por Quique Setién (en el minuto 6). Lo recuerdo con cariño porque le di el pase del primer gol a Alzamendi y marqué el segundo en plancha a centro de Sarabia. Luego, le dije a Martín que quería lanzar el penalti, pero tiró de galones y lo lanzó él”.
“Para mí”, me dice Pedro, “jugar en el Nou Camp fue la leche. Acababa de fichar y salí de titular, tras debutar ante el Mallorca (0-1) la jornada anterior unos minutos. Era un partido difícil, pero jugamos muy bien. Nos pudieron meter siete, pero nosotros a ellos también. Si Martín llega a marcar el penalti, hubiéramos puesto en aprietos al Barça, pero Zubizarreta, que no paraba nunca un penalti, nos lo paró a nosotros”.
Quedaban tres minutos para el final y, pese a la reacción de nuestro equipo, el partido ya no dio más de sí. “Esa temporada”, me apunta el entrenador José Luis Romero desde Málaga, “llevó consigo muchos encuentros imborrables y en este, uno más, disfrutamos llevando la iniciativa después, con los goles de Alzamendi y Vílchez. Historia brillante de un club en un tiempo difícil y que se autodestruyó para siempre”.
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