Eguizábal no conocía a Alzamendi y le parecía mayor
El 14 de agosto de 1988, Óscar Ruggeri, que fuera campeón del mundo con la selección argentina en 1986, exigió a Marcos Eguizábal el fichaje del uruguayo Antonio Alzamendi para venir al CD Logroñés. “No, no, no…”, respondió aquel, porque no le conocía y, al verle con el pelo canoso, le pareció mayor. “Pero si ese es un señor grande…”, exclamó. “Pues, no firmo”, zanjó el argentino y, seguidamente, Eguizábal claudicó.
Ambos habían jugado en el River Plate durante la temporada 1987-1988, pero el presidente del club, Hugo Santilli, no les iba a renovar y tenían que buscarse un equipo. “Yo no quería dejarle a Antonio”, contó Ruggeri hace años en el programa ‘El show del fútbol’ que se emitía en el canal América TV y, mientras negociaba con Eguizábal, pasó por allí Alzamendi “y le digo al viejo: ‘Discúlpeme, firmo si llevamos a Antonio”.
“Claro, Antonio era canoso… ¡No se sabe la edad de Antonio!”, continuaba Ruggeri entre risas. “Entonces el viejo lo mira y dice: ‘Pero si ese es un señor grande…’ Le digo: ‘Ese va a salir goleador’. ‘No, no, no…’, me dice. ‘Pues, no firmo, gracias’ (simulando el gesto de darle la mano para despedirse y levantarse de la mesa). ’Si firma Antonio, firmo yo’. Y le arreglé el contrato a Antonio y nos fuimos los dos”, concluyó.
“Yo firmo el contrato con el Logroñés gracias a Ruggeri”, explicaba Alzamendi hace unos meses a Tenfield. En el diario ‘El País’ de Uruguay reconoció que “ya estaba medio grande”, pues tenía 32 años, “pero todavía estaba para jugar”, como demostró aquí desde septiembre de 1988 a mayo de 1990. “Cuando surge la oportunidad de ir a España, dudaban. Por mi edad. Pero ahí Óscar Ruggeri me dio una gran mano”.
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