El 8 de enero de 2019, tal día como hoy hace dos años, Gabino Rodríguez presentó en Sevilla el libro que ha escrito sobre su carrera deportiva, titulado ‘Alma’ (Punto Rojo Libros). En él dedica un capítulo a la “extraordinaria temporada” en la que jugó cedido en el CD Logroñés mientras hacía el servicio militar entre 1984 y 1985. “Llegué a la ciudad por puro azar”, explica, pero “allí encontré mi sitio” y se sintió “querido”.

El Logroñés era “un equipo humilde, pero muy rico en valores”, continúa diciendo, con el que jugó 31 partidos de Liga en Segunda División y marcó doce goles. “Tuve el privilegio de comenzar mi andadura con un grupo de jugadores sensacional”, como Eraso, Sanz, Pita, Lotina, Rus o Noly, a las órdenes de Delfín Álvarez; “recuerdos imborrables, plasmados en una temporada perfecta, donde vivimos un ambiente espectacular”.

Fue internacional sub-21, siendo jugador del Logroñés, y ganó el Campeonato de Europa en 1986. “El día que me convocaron”, cuenta en su libro, “tenía que acudir desde Logroño a Madrid y al presidente, Joaquín Negueruela, se le ocurrió mandarme en taxi”. Cuando llegó, el taxista le dijo: ‘¿Esto quien lo paga?’, y, ante las dudas del jugador, añadió: ‘Pues, deja la maleta aquí y vete a buscar al que paga esto’.

Gabino entró en el hotel y preguntó por el responsable de la Federación Española Andrés Berrinche, indicándole que “’ahí fuera está el taxista esperándote’ ‘¿Cómo…?’ Cuando regresó, traía la cara pálida: ‘Que sea la primera y la última vez que vienes en taxi desde Logroño’ (…) La broma costó 25.000 pesetas (150,25 euros) de aquella época. ¡Una barbaridad! Si me hacen pagarlo a mí, me voy andando”, concluye.