Manuel Vicente Argüelles, que fuera portero del CD Logroñés durante la temporada 1980-1981 con el equipo en Segunda División B, falleció ayer en Langreo (Asturias), a los 64 años cumplidos el pasado día 1. Gran deportista y excelente persona, apenas tuvo oportunidades aquí, pero dejó muy buen recuerdo. “Logroño es mi segunda casa”, nos contaba el 9 de diciembre de 2019; “jugué poco, pero me dieron mucho cariño”.

Natural de El Entrego (Asturias) e hijo de un ferroviario, muy pronto sintió la pasión por el fútbol. Se formó en la cantera del equipo de su pueblo y, luego, pasó al Real Oviedo. En agosto de 1980, a los 23 años, fue cedido al Logroñés y comenzó siendo titular, pero, tras el fichaje del legendario portero del Atlético de Madrid José Pacheco, se convirtió en suplente, sin malas caras, ni malos gestos. “Pacheco tenía mucho nivel”, nos diría.

Cuando se lesionó Pacheco en abril de 1981 y parecía haber llegado su momento, el entrenador José Ramón Fuertes le dio la oportunidad al portero del Logroñés Promesas Manolo Villares, alegando que este iba a seguir la temporada siguiente en la plantilla y, en cambio, él no. Manuel Vicente lo encajó con naturalidad; como era él. “Villares lo hizo muy bien y seguimos siendo muy amigos”, nos comentaba acerca de eso.

Disputó dos partidos de Liga, pero dejó huella. “Como persona”, escribió Tomás Santos en el periódico, “es de lo mejorcito que ha pasado por Las Gaunas”. Luego, jugó en el Oviedo, Langreo y Real Titánico de Laviana. Tras retirarse, trabajó durante 32 años como conductor de camiones. Estaba casado con Amparo González y nunca olvidó su paso por aquí. “Ya sabes que todo lo del Logroñés me gusta”. Descansa en paz, amigo.