El hijo de Remón busca su sitio en el Logroñés
César Remón, el hijo del presidente Cesáreo Remón, pasó por todas las categorías inferiores del CD Logroñés y llegó al Promesas en 1973, siendo el máximo dirigente del club José Luis Lázaro Carasa, pero nunca fue convocado con el primer equipo. “Claro que me habría gustado”, me cuenta, “pero me fui a estudiar a San Sebastián y lo primero eran los estudios”. Es censor jurado de cuentas y auditor, y hoy cumple 64 años.
“Jugaba de medio y era bastante técnico”, me comenta Juan Arandia, que fue su entrenador en la temporada 1973-1974. “Conmigo no solía ser titular, pero no por que no supiera qué hacer con el balón, sino que a mí me iba otra clase de jugador. Yo pedía muchas cosas; algunas a esa edad inalcanzables, pero siempre en beneficio de ellos. De todas formas, mi trato con él es muy bueno, ya que es un maravilloso chaval”.
A continuación, estuvo a las órdenes de Ernesto Garrastachu en la temporada 1975-1976 y, tras su paso por aquí, jugó en la Real Sociedad de División de Honor juvenil en la 1976-1977. “Luego”, explica, “no me dejó Lázaro Carasa hacer cambio de residencia para seguir en San Sebastián”. Al no darle la baja y no poder compatibilizar sus estudios en Deusto con el fútbol en Logroño, “tuve que dejarlo y eso fue una pena”.
“Siempre que nos vemos”, me asegura Paco Sanz, que coincidió con él en el filial, “me dice lo mismo: ‘yo era el que te daba los pases buenos y tú el que subiste al primer equipo’”. Mirado con lupa por ser quien era, recuerda de él que “algunos compañeros del Promesas le vacilaban diciéndole, para picarle, que jugaba de titular por ser el hijo del amo”, sonríe, “pero la verdad es que técnicamente era un buenísimo jugador”.
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