Abuelo Cruz: “En Logroño esperaban a un abuelito”

El mexicano Francisco Javier Cruz solo tenía 22 años cuando fichó por el CD Logroñés en 1988, pero le llamaban Abuelo Cruz y, según reconoció recientemente en El Canal de Javier Alarcón en YouTube, eso fue “un problema” para él, porque en Logroño “esperaban a un abuelito” “Me veían y oye: ‘pues, tú estás muy chavo y no eres abuelo’. Entonces les decía: ‘No, es que es un mote que yo me puse en honor a mi abuelo’”.

Preguntado por el periodista mexicano, cuenta que vino aquí “una semana antes de empezar el campeonato de Liga. No había hecho pretemporada. Entonces el entrenador, Javier Irureta, me dice: ‘Por ahí me dijo un colega que tú no necesitas entrenar. Entonces, ¿cómo estás para jugar este sábado?’ Le digo: ‘Muy bien’. ‘¡Pero es el Atlético de Madrid…!’ ‘No pasa nada’. Y metí el gol (1-0). Fue mi debut”, recuerda.

“Cuando metió aquel gol contra el Atlético de Madrid”, me apunta Mateo Berrueta, que fuera vicepresidente del club, “me regaló un baloncito de platino que le dio su padre cuando jugó con la selección de México; aún lo conservo. Me brindó ese gol”. No marcó más, aunque atesorara mucha calidad. “Fue difícil; éramos tres extranjeros”, alega Abuelo Cruz durante la entrevista, en referencia a Ruggeri y Alzamendi.

¿Qué pudo influir en su escaso rendimiento, tras haber disputado el Mundial de 1986? “La factura te la cobra el fútbol cuando no te preparas”, argumenta. “A mí me decía un entrenador: ‘Tú no entrenes; tú el jueves cuadras y llegas al partido y lo resuelves’. Y así pasaba”. Y cuando eso dejó de pasar, vio que “hay que trabajar”, pero “empecé a trabajar más físicamente a los 30, que ya vas de bajada en tu carrera”.

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Javier Caballero Wangüemert

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