Un aficionado crea una gran hemeroteca blanquirroja

Carlos Rodríguez, socio del CD Logroñés desde los 14 años, comenzó a coleccionar en 1984, a los 23 años, recortes de prensa con las crónicas de los partidos del equipo riojano y tiene recopiladas las de todos los encuentros que disputó hasta 2009, cuando el club desapareció. Una hemeroteca con 25 años de historia blanquirroja, que, a sus 59 años, ha querido donar a EL BLOGROÑÉS, por lo que le estamos muy agradecidos.

“Soy un aficionado de toda la vida”, me cuenta, “y lo llevo en la sangre desde que mi padre empezó a llevarme a Las Gaunas”. El primer partido del que tiene memoria fue contra la Leonesa el 20 de febrero de 1972 (2-0). “En la vida te inculcan lo que ves y ese ambiente despertó en mí esta locura por el Logroñés o logroñesismo. Es un sentimiento que no encuentro la palabra para describirlo. Bueno, sí, la palabra es Logroñés”.

Por ello, a raíz del ascenso a Segunda División, comenzó a guardar “cualquier cosa que veía del Logroñés en la prensa local y deportiva”, incluso en su etapa de estudiante de Derecho en Zaragoza: crónicas de partidos, entrevistas, noticias de fichajes… “Todo lo del primer equipo, del Promesas y hasta del juvenil cuando militó en División de Honor” lo recortaba y pegaba, haciendo una labor ingente, tenaz y meticulosa.

Así fueron pasando los años y completó hasta 25 tomos, que dejan ver su pasión por el equipo. “Es un reflejo de lo que mi corazón sentía”. A esa gran hemeroteca unió otro volumen con la información conseguida de temporadas anteriores y un dossier con pósters ordenados por años. En definitiva, un tesoro que recibimos con ilusión, al compartir con Carlos Rodríguez ese sentimiento que se resume en un grito: ¡Aúpa el Logroñés!

Comentarios

Mayte 10 de abril de 2021
Tu padre se sentirá muy orgulloso de que no se pierda su legado, ¡Aupa el Logroñes!!
Mar Sainz-Pardo Sañudo 11 de abril de 2021
Que bonito gesto, donar algo que forma parte de tu vida, tu infancia compartiendo afición con tus seres queridos, el tío estará muy orgulloso. Un abrazo

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Javier Caballero Wangüemert

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