Delfín Álvarez Núñez, conocido en el mundo del fútbol como Delfín Álvarez, fue el entrenador con el que el CD Logroñés consiguió el ascenso a Segunda División en 1984 y quien puso los cimientos del equipo que dio el salto a Primera en 1987, con Chuchi Aranguren en el banquillo. Puede considerarse el arquitecto del Logroñés más exitoso, porque él fue el encargado de proyectarlo y de comenzar a construirlo.

Nació en A Veiga (Ourense) el 14 de septiembre de 1936 y se formó en la cantera del Real Madrid CF, jugando de mediocentro en Primera con el Granada CF, Real Murcia CF, RCD Espanyol y Pontevedra CF durante los años 60. Tras colgar las botas, se sacó el título de entrenador en 1975. Ascendió al CD Guadalajara a Tercera y, a continuación, dirigió al CD Ourense, CD Badajoz, RC Ferrol y Pontevedra CF en Segunda B.

Aquí vino en marzo de 1983 de la mano del directivo Pepe Blanco para sustituir a Uribarri y, tras salvar los muebles, hizo un equipo a su medida, con jugadores gallegos y Lotina. Llevó al Logroñés a la gloria, con el ascenso en 1984 y la permanencia al año siguiente, siendo la revelación de la Liga. Luego, a raíz de que declarara que los aficionados críticos “lo que tienen que hacer es no venir”, sufrió una campaña en su contra.

El 13 de febrero de 1986, se vio obligado a dimitir por la tensión creada, dejando la estela de “profesional honrado”, en palabras del informador deportivo Tomás Santos, “que durante tres temporadas y media (1982-1986) demostró saber lo que es el fútbol y llevar a un equipo”. Tras su paso por aquí, entrenó en Segunda y al RC Celta de Vigo en Primera (1989-1990). Falleció en Ourense el 28 de agosto de 2015, a los 78 años.