Justino García Biribay, conocido en el mundo del fútbol como Justino, fue un centrocampista del CD Logroñés Promesas que jugó ocho partidos con el primer equipo en Segunda División B entre 1980 y 1982, favorecido por la norma de los sub-20 que obligaba a alinear de inicio a  dos jugadores menores de 20 años. Hizo toda su carrera en equipos riojanos, contribuyendo al ascenso del CD Berceo a Tercera en 1985.

Nació en Logroño el 18 de diciembre de 1960 y, tras formarse en el Yagüe CF, dio el salto a la cantera del Logroñés y subió con el filial a la Preferente Navarra en 1981. Con anterioridad, José Ramón Fuertes le hizo debutar en Segunda B en 1980, junto a otros jóvenes valores como Trejo, Martín o Santolaya, y le dio continuidad hasta 1982. Aprovechó los 441 minutos que tuvo para tratar de mejorar y crecer como jugador.

Luego, fue cedido al CD Arnedo, de Tercera, en 1982 y aportó su calidad para poder acabar la Liga los octavos clasificados a las órdenes de Carmelo Tomás. El Berceo fue su último destino y, en 1985, le dio una de las grandes alegrías de su carrera: “el ascenso de un club modesto que, por obra y gracia de su entrega e ilusión, se ve en división nacional”, según el informador deportivo Jesús Manuel Fernández.

Además, tuvo un papel protagonista en aquella gesta, pues fue el autor del gol que certificaba el salto de categoría en La Isla frente al Atlético Calatayud CF. Después, fue un pilar del Berceo en Tercera, junto a otros exblanquirrojos como Cillero, Ortega, Villares o Bacaicoa, hasta que se retiró en 1988. A lo largo de su carrera, compaginó el fútbol con los estudios de Económicas y con el trabajo. Es asesor fiscal y laboral.