Pablo Sebastián Alonso, conocido en el mundo del fútbol como Sebas, fue un futbolista cántabro de los años 70 y 80, que vino al CD Logroñés en diciembre de 1981 con la mira puesta en el ascenso a Segunda División y, aunque parezca increíble, pidió la baja voluntaria en abril de 1982, pues no terminaba de cuajar y era blanco de las críticas. “No nos ha demostrado nada”, escribió el informador deportivo Tomás Santos.

Nació en Polientes (Cantabria) el 2 de marzo de 1956 y comenzó a jugar de delantero en el Colegio Menesiano de Santo Domingo de la Calzada, de donde pasó al Baracaldo CF. Cuando estaba en la AD Almería, de Segunda, la temporada 1981-1982, vio que las deudas iban a ahogar al club y decidió cambiar de aires. Tras recibir una llamada del entrenador José Ramón Fuertes, vino aquí “a dar el callo”, según dijo.

Pero nada más lejos de la realidad, porque, a juicio de Tomás Santos, “jugaba andando con aires de figura”. “Ni corre, ni pelea, ni casi diríamos que suda la camiseta”, escribió en el periódico. Era “un buen jugador”, en opinión de Fuertes, pero, tras disputar catorce partidos, tiró la toalla. “Mi manera de jugar no es la lucha”, aseguró tras rescindir su contrato a los cuatro meses. “Me equivoqué al pensar en Logroño”.

Según Tomás Santos, trató de anticiparse “a una medida que le podía haber venido por parte de la directiva” del Logroñés, haciendo un gesto “que no cabe duda le honra”. Tras su retirada como jugador en la UD Icodense, fue entrenador. Dirigió al CD Santurtzi KE, Gernika Club y AD Fundación Logroñés, al que llevó a la fase de ascenso a Segunda B en 2007, siendo eliminado por el Lucena CF a las primeras de cambio.