Manel: el último ídolo blanquirrojo
Manel Martínez Fernández, conocido en el mundo del fútbol como Manel, fue el último ídolo de la historia del CD Logroñés. ‘El símbolo de este equipo desde 1996’, según la prensa. Era el clásico delantero tanque de 1,90 metros de altura, que iba bien de cabeza y estaba siempre en el sitio justo, que contribuyó al ascenso a Primera División (1995-1996) como ‘Pichichi’ de Segunda, con 27 goles en 37 partidos.
Nació en Ripollet (Barcelona) el 3 de noviembre de 1973. Se inició en el equipo de su localidad y pasó por todas las categorías del Sabadell, hasta que en julio de 1995, a los 21 años, fue fichado por el Logroñés a instancias de Fernando Arnedillo. Estaba muy compenetrado con Markovic y para el final de la primera vuelta de la Liga ya era el máximo goleador de la categoría, con catorce tantos, tras marcarle tres al Toledo (3-1).
Tuvo ofertas para irse, pero prefirió quedarse y debutó en Primera con el Logroñés con dos goles en Zaragoza (2-2). Era un ‘goleador solvente’, según la prensa, al que la televisión gallega llegó a comparar con jugadores legendarios como Santillana o Satrústegui, pero muy pronto nuestro equipo tocó fondo y él perdió el olfato. Solo logró seis tantos en 33 partidos en la Liga 1996-1997 y el Logroñés retornó a Segunda.
Siguió tres temporadas más y, aunque nuestro equipo entró ‘en una época negra’, contó siempre con el cariño de la afición. En total, jugó 177 partidos y marcó 76 tantos. En enero de 2000, fichó por el Espanyol. Ganó una Copa del Rey con los pericos, probó fortuna en el fútbol inglés y pasó por varios equipos, antes de colgar las botas en 2008. Es entrenador y forma parte de la estructura del fútbol base del Espanyol.
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