Torre: en todos los sitios
José Luis Torre García, conocido en el mundo del fútbol como Torre, fue jugador del CD Logroñés una única temporada (1979-1980), pero dejó huella porque era ‘un peón de brega incansable y trotón’, según la prensa, lo que le convirtió en ‘un hombre insustituible’ en nuestro equipo por ‘su constante batallar y estar en todos los sitios tapando huecos’. Aquí disputó 47 partidos (solo se perdió el de Huesca) y marcó 11 goles.
Nació en La Ribera de Folgoso (León), a unos 30 kilómetros de Ponferrada, el 6 de abril de 1956. A los 16 años, se fue a vivir a Pamplona con su familia y comenzó a jugar en el Oberena. De ahí pasó al Osasuna, con el que consiguió el ascenso a Segunda División en la temporada 1976-1977. Tras estar cedido en el Torrejón un año, regresó al equipo navarro, hasta que fichó por el Logroñés el 10 de agosto de 1979.
Medía 1,70 metros de estatura y estaba dotado de una gran fortaleza física. Era un jugador polivalente y podía jugar tanto de lateral izquierdo como en el centro del campo, pero su posición ideal era la de centrocampista. ‘Luchador y muy batallador’, según la prensa. ‘Sobrio y eficaz con el balón en los pies’. Tenía mucha facilidad para lanzarse al ataque. Anotó seis goles de penalti, que solía lanzar ‘fuerte y al centro’.
Fue el más regular, pero, al término de la temporada, a los 24 años, le dieron la baja porque no podía compaginar los entrenamientos aquí con su trabajo en Pamplona, donde residía. Entonces fichó por el Sangüesa y, luego, jugó en clubes riojanos: el Arnedo (1981-1982), el Calahorra (1982-1983) y, de nuevo, el Arnedo (1983-1986), donde colgó las botas, tras subir a Segunda B. Trabajó en Seguros Mapfre hasta 2011.
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